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Reducir el coste sanitario de 45 000 millones de euros consecuencia de la contaminación procedente de los camiones

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Press Release Publicado 27/02/2013 Última modificación 03/06/2016
Photo: © Highways Agency
Los gravámenes a los vehículos pesados de transporte de mercancías (camiones) deberían reflejar los diversos efectos sobre la salud de la contaminación del tráfico en los distintos países europeos. Esto significa que, en algunos países, los gravámenes deberían ser mucho más elevados que en otros, según los análisis de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).

Las economías europeas dependen del transporte de mercancías de larga distancia. Pero también hay un coste oculto, que se paga en forma de reducción de años de salud y como pérdida de vidas humanas. Este coste es especialmente elevado para los que viven cerca de las principales rutas de transporte europeas. Al incorporar estos costes al precio de los productos, podemos fomentar unos métodos de transporte más ecológicos y unas tecnologías más limpias.

Jacqueline McGlade, Directora Ejecutiva de la AEMA

En general, se estima que la contaminación atmosférica causa 100 millones de días de ausencia por enfermedad y 350 000 muertes prematuras en Europa. Estos efectos sobre la salud también tienen un importante coste económico: los autores del informe calculan que la contaminación atmosférica sólo de los vehículos pesados de transporte de mercancías cuesta a los países miembros de la AEMA entre 43 000 y 46 000 millones de euros al año, lo que supone casi la mitad de los aproximadamente 100 000 millones de euros que cuesta la contaminación atmosférica de todos los medios de transporte.

La Directiva «Euroviñeta» de 2011 establece cómo los Estados miembros de la UE podrían integrar los costes sanitarios de la contaminación ambiental a cualquier estructura impositiva para grandes carreteras y autopistas. Los ingresos de esos gravámenes deberían invertirse en transporte sostenible, de acuerdo con la Directiva. Sin embargo, la adopción de gravámenes sobre el transporte es una decisión que debe tomar cada país.

Jacqueline McGlade, Directora Ejecutiva de la AEMA, ha afirmado: «Las economías europeas dependen del transporte de mercancías de larga distancia. Pero también hay un coste oculto, que se paga en forma de reducción de años de salud y como pérdida de vidas humanas. Este coste es especialmente elevado para los que viven cerca de las principales rutas de transporte europeas. Al incorporar estos costes al precio de los productos, podemos fomentar unos métodos de transporte más ecológicos y unas tecnologías más limpias».

Según el informe, aunque los niveles de contaminación atmosférica han disminuido de manera significativa en los últimos años, siguen siendo un problema en algunas partes de Europa, donde los vehículos pesados de transporte de mercancías pueden ser un factor importante. El gasóleo, utilizado por la mayoría de los vehículos pesados, causa más contaminación atmosférica por kilómetro que otros combustibles como la gasolina. Los gases de escape emitidos por los motores de gasóleo fueron recientemente etiquetados como carcinógenos por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer.

Los vehículos pesados generan el 40-50% de la contaminación por óxido de nitrógeno derivada del transporte por carretera en los países que abarca la AEMA. El informe considera tanto el óxido de nitrógeno como las partículas finas (PM2.5), dado que pueden causar enfermedades respiratorias, enfermedades cardiovasculares y otros problemas de salud.

Los mismos contaminantes, diferentes costes sanitarios

El coste de la contaminación atmosférica de los vehículos pesados es hasta 16 veces superior cuando comparamos entre países europeos, señala el informe.

El coste medio más alto de la contaminación de un camión de categoría Euro III de 12 a 14 toneladas se encuentra en Suiza, con casi 0,12 euros por kilómetro. Los costes también son elevados en Luxemburgo, Alemania, Rumanía, Italia y Austria, en torno a 0,08 euros/km. Esto se debe a que los contaminantes causan más daño allí donde hay una mayor densidad de población, o en regiones interiores sin litoral o zonas montañosas, donde la contaminación no se puede dispersar con tanta facilidad.

En el otro extremo de la escala, el mismo camión que circule en Chipre, Malta y Finlandia causa daños de casi medio céntimo de euro por kilómetro.

En algunas regiones, el coste es mucho mayor que en otras. Zúrich (Suiza), Bucarest (Rumanía), Milán (Italia), el valle del Ruhr (Alemania) y Barcelona (España) tienen algunos de los costes de salud más elevados en comparación con otras grandes zonas urbanas.

Los cálculos muestran que los camiones más nuevos tendrían un impacto reducido y, por lo tanto, un coste menor. Los camiones de la clase Euro IV, que tienen hasta 6 años de antigüedad, o Euro V, hasta 3 años, causarían un 40-60% menos de costes externos en los mismos corredores de transporte de mercancías. Imponer un gravamen a las empresas de transporte por los costes externos de la contaminación atmosférica incentivaría la adopción de tecnologías más nuevas y limpias, según el informe.

El sistema también crearía unas normas homogéneas, ya que internalizaría los costes que el transporte por carretera impone hoy día al resto de la sociedad. En Suiza se observaron los efectos positivos de este sistema después de que el país adoptara una legislación de esta naturaleza.

Antecedentes

La complejidad de distintas influencias geográficas sobre la contaminación atmosférica en Europa es lo que el análisis de la AEMA trata de revisar. El informe incluye los costes medios de la contaminación para 66 clases distintas de vehículos, cuyo coste se calcula en tres tipos diferentes de carretera (suburbana, interurbana y autopista) en 30 países y 108 ciudades. Las estimaciones de los costes por kilómetro, dependiendo del vehículo y de su entorno, varían desde prácticamente cero a más de 30 céntimos de euro por kilómetro para un camión sin categoría Euro con una antigüedad de más de 20 años.

Los Estados miembros de la UE deben informar a la Comisión antes de octubre de este año sobre cómo aplicarán el gravamen, si es que lo aplican. Las cifras detalladas publicadas por la AEMA tienen como intención ayudar a los Estados miembros a decidir sobre sus respectivos sistemas.

El elevado coste de la contaminación atmosférica es coherente con el análisis de la AEMA de 2011, que muestra que la contaminación de los grandes complejos industriales costó a Europa entre 102 000 y 169 000 millones de euros en 2009 en fallecimientos, problemas de salud, perjuicios en la agricultura y otras pérdidas económicas. En los próximos meses, la AEMA publicará una actualización de este informe con datos más recientes.

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