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Entrevista. Malta: la escasez de agua es una realidad asumida

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Article Publicado 12/10/2018 Última modificación 29/08/2023
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Photo: © K. H. Reichert / Flickr
Malta es uno de los diez países que más escasez de agua padece del mundo. ¿Qué hacer cuando la naturaleza solo proporciona la mitad del agua que necesita su población? Malta «produce» agua limpia e intenta cerciorarse de que no se desperdicie ni una gota. Hablamos con Manuel Sapiano, de la Agencia de Energía y Agua de Malta, sobre nuevas tecnologías, el agua para los hogares y la agricultura y las límpidas aguas de baño que rodean la isla.

¿Cómo se aborda el problema de la escasez de agua en Malta?

Debido a su situación geográfica, la escasez de agua es natural en Malta. El clima mediterráneo, con bajos niveles de precipitaciones y altas temperaturas, da lugar a una baja disponibilidad natural de agua y a pérdidas significativas debidas a la evapotranspiración. Además, la densidad de población en Malta es de aproximadamente 1 400 personas por kilómetro cuadrado. En otras palabras, tenemos una baja disponibilidad de recursos hídricos en una zona muy densamente poblada.

La naturaleza solo puede satisfacer aproximadamente la mitad de nuestras necesidades totales. Desde 1982, Malta «produce» agua mediante la desalación del agua de mar. La desalación se ha complementado con un amplio programa de gestión y reparación de fugas de agua en el que nuestra empresa pública de servicios de agua ha invertido mucho desde el decenio de 1990. Como resultado, nuestra demanda actual de agua municipal equivale a alrededor del 60 % de lo que era en 1992, gracias principalmente a la gestión de fugas. El año pasado introdujimos asimismo un ambicioso programa de reutilización del agua para reducir aún más la disparidad entre la oferta y la demanda.

La demanda compite por los recursos hídricos naturales de Malta, ya que estos son limitados. Los residentes urbanos o los agricultores piden más agua, pero la naturaleza también la necesita. Cualquier plan de gestión del agua que desarrollemos en Malta debe garantizar que se respeten y satisfagan las necesidades de agua de la naturaleza. Nuestros valles constituye el núcleo de diversos ecosistemas, algunos de los cuales son endémicos y, por lo tanto, de alto valor ecológico. Por lo tanto, hay zonas en los valles que «no se tocan», ya que la fauna y la flora que viven en ellos —así como sus necesidades de agua— tienen que respetarse.

¿No es la desalación una solución muy cara que conlleva unos impactos significativos en el medio marino?

Lamentablemente, dado que los recursos naturales no son suficientes, «producir» agua dulce es una obligación y no una opción para nosotros. Además, la tecnología de la desalación ha experimentado cambios importantes a lo largo de los últimos años, especialmente en lo que se refiere a la eficiencia energética. La Corporación de Servicios de Agua (la empresa de servicios de agua maltesa) está introduciendo importantes mejoras en todas sus plantas de desalación, gracias a la financiación de los fondos de cohesión de la UE. La energía necesaria para producir un metro cúbico de agua dulce a partir del agua de mar se reducirá a 2,8 kilovatios-hora. Hace diez años era cerca de 6 kilovatios hora. La tecnología de desalación se ha vuelto muy eficiente y el sector está avanzando continuamente hacia unos niveles de eficiencia más elevados.

Por lo que respecta a los efectos de la desalación en el medio marino, aquellos se refieren fundamentalmente al vertido de salmuera, que es el subproducto del proceso de desalación y se libera en el mar. Nuestras desaladoras son bastante pequeñas y están ubicadas en áreas donde hay fuertes corrientes marinas. La cantidad vertida es limitada y se difunde rápidamente. La compañía del agua realizó estudios preliminares sobre el vertido de nuestras plantas y determinó que el impacto potencial sobre el medio marino se limita a los primeros metros del punto de vertido. Estos resultados ya se han tenido en cuenta y puesto en práctica a través de un diseño más sostenible de las instalaciones de vertido planificadas. Tales estudios continuarán en el marco de un proyecto integrado en el programa LIFE.

La decisión sobre dónde instalar una desaladora debe tener en cuenta muchos factores. El tamaño de la planta también es importante, no solo desde el punto de vista del vertido sino, asimismo, desde el de la seguridad del suministro. Nuestras tres plantas están instaladas estratégicamente en diferentes lugares de la costa debido principalmente a que, en caso de incidentes como un derrame de petróleo, si fuera necesario detener una planta las otras dos podrían seguir funcionando.

La geología de la zona es igualmente importante. Las desaladoras de Malta suministran agua a través de pozos situados en aguas profundas y, por tanto, dependen del efecto purificador del lecho de roca marino. Aquel limita la necesidad de tratamiento previo, lo que a su vez reduce los costes de producción. Se trata de un aspecto de planificación importante, ya que el coste del tratamiento previo puede ser comparable al coste de la desalación en sí.

Habida cuenta de la escasez natural, ¿cómo contribuyen los ciudadanos malteses a los esfuerzos en materia de ahorro de agua?

Los ciudadanos malteses consumen unos 110 litros por persona y día, lo que equivale a un volumen relativamente bajo en comparación con otros países de la UE. Hay, no obstante, nuevas presiones que deben tenerse en cuenta. Por ejemplo, en el contexto de su reciente crecimiento económico, han llegado a Malta hasta 50 000 extranjeros para trabajar en el país. El sector turístico también ha crecido de manera constante y se estima que supone una población equivalente a unas 40 000 personas. El que haya más personas en las islas se traduce en una mayor demanda de agua. Además, las personas tienen diferentes hábitos en materia de consumo de agua. Si uno está acostumbrado a consumir 250 litros de agua al día en un país rico en agua, es difícil que reduzca dicho consumo a 110 litros en cuestión de días. La Agencia de Energía y Agua está llevando a cabo actualmente una extensa campaña de conservación del agua que tiene en cuenta estas tendencias demográficas y socioeconómicas para abordar de manera integral el problema de la gestión de la demanda de agua.

En este contexto, los precios del agua pueden ciertamente desempeñar una función importante. En Malta, el precio para los usuarios residenciales nacionales es ya elevado: los usuarios pagan 1,39 euros por metro cúbico por los primeros 33 metros cúbicos anuales que consumen. Cuando se supera esa cantidad, el precio aumenta a 5,14 euros por metro cúbico. Por lo tanto, este mecanismo tarifario de subida escalonada constituye un incentivo en sí mismo para limitar el consumo de agua.

De manera similar, el mercado está ayudando a las personas a consumir menos. Por ejemplo, hoy en día es muy difícil comprar un inodoro nuevo de gran capacidad. Al comprar un grifo, probablemente este ya incorpore un dispositivo de aireación. Las lavadoras y los lavavajillas son cada vez más eficientes en el consumo de agua y energía.

El reciclado del agua también alberga un gran potencial de ahorro que se ha empezado a estudiar.

¿Cómo se utilizará el agua reciclada?

Nos estamos centrando en dos sistemas: el uso agrícola y el uso doméstico. El sistema agrícola, por medio de plantas de depuración, tiene previsto producir siete millones de metros cúbicos de agua reciclada al año. Tal volumen se corresponde con un tercio del consumo de agua agrícola, según nuestras estimaciones.

En el ámbito doméstico, entre aproximadamente un 30 y un 45 % del agua se utiliza para ducharse y un porcentaje similar se emplea en los sistemas de descarga. El uso de agua de ducha, relativamente limpia, en los sistemas de descarga, que no entran en contacto directo con las personas, podría reducir el consumo diario de 110 litros a unos 70 litros por persona. El potencial de ahorro es inmenso, aunque nuestra principal preocupación es siempre la salud pública. La tecnología tiene que ser segura, porque en última instancia se trata de nuestra salud y de la de nuestras familias.

¿Qué sucede con el uso de agua reciclada en la agricultura?

La agricultura necesita agua. Bombear agua directamente desde los acuíferos subterráneos es una solución relativamente barata y local. El problema es que los acuíferos de Malta están en contacto directo con agua de mar y tienen una capacidad de captación limitada. Extraer grandes cantidades de agua dulce de los acuíferos daría lugar a la infiltración de agua de mar, lo que reduciría la calidad general de las aguas subterráneas y las volvería inutilizables. Huelga decir que todos perderíamos en tal caso.

Para regular la cantidad de agua subterránea que se extrae, casi todos los dispositivos de perforación privados registrados en los últimos años llevan incorporado un contador. Ahora disponemos de una visión más completa del uso y de las necesidades del agua agrícola. También podemos ofrecer un suministro alternativo para los agricultores: aguas residuales tratadas hasta obtener un elevado grado de depuración en el marco del nuevo Programa de aguas‘ maltés.

¿Cómo reaccionan los agricultores ante la idea de utilizar agua reciclada?

La percepción desempeña una función importante en este caso. Tenemos que cambiar la percepción del agua «reciclada» como agua «residual». Para aumentar el grado de aceptación de la comunidad agrícola, explicamos los niveles de calidad alcanzados por el nuevo proceso de tratamiento. También indicamos que el uso de esta agua no tiene ningún efecto negativo en los cultivos.

Se recurre asimismo, con este, fin a incentivos tarifarios. Se ha establecido un mecanismo tarifario de subida escalonada para el «agua nueva». El primer tramo tarifario no se aplica de momento al sector agrícola, con el fin de aumentar el grado de aceptación del agua reciclada.

Otra medida importante es la creación de pequeños estanques de agua de lluvia en el campo. Desde que Malta se incorporó a la UE, se ha producido un gran aumento del número de solicitudes para la creación de este tipo de depósitos, que cuentan con la financiación del Fondo Agrícola de Desarrollo Regional de la UE.

¿Cómo contribuyen las iniciativas y los fondos de la UE a la gestión del agua en Malta?

El sector del agua es una de las prioridades fundamentales de Malta en el marco del Fondo de Cohesión de la UE. Actualmente, nos centramos en una serie de inversiones verticales en infraestructuras: mejora de la eficiencia energética de la desalación del agua de mar, el nuevo Programa de aguas, mejora de la eficiencia de la distribución del agua, mejora y regulación de la red de recogida de aguas residuales, experimentación con tecnologías innovadoras, campañas de conservación del agua y gestión de la extracción de aguas subterráneas.

Estas acciones se agrupan en el marco de gestión del agua correspondiente al segundo plan de gestión de la cuenca hidrográfica de Malta a través de un proyecto integrado. Este proyecto integrado también está financiado por el programa LIFE de la UE y comprende actividades de sensibilización, fomento de la adopción de nuevas tecnologías y nuevas prácticas y gestión de cuestiones de gobernanza. También se está estudiando cómo podrían ponerse en común estos conocimientos con otras islas y zonas costeras del Mediterráneo a través de iniciativas europeas y regionales.

¿Cuál es el estado de las aguas marinas que rodean Malta?

Hay factores específicos, como nuestra alta densidad de población, el carácter intensivo de nuestro sector turístico y el uso de las zonas costeras y de las aguas marinas con fines comerciales y recreativos que ejercen presión sobre el medio marino. No obstante, a lo largo de los últimos años se han logrado mejoras significativas gracias fundamentalmente a la financiación y la legislación de la UE. Un ejemplo importante se refiere a la mejora de la calidad de nuestras aguas costeras: los resultados más recientes revelan que nuestras aguas de baño son de excelente calidad. Sin duda, la aplicación de la Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas de la UE, a través de la construcción de tres nuevas plantas, ha contribuido a esta mejora.

También estamos estudiando cómo mejorar la gestión de nutrientes en la agricultura y cómo reducir la contaminación derivada de las escorrentías. La calidad de las aguas costeras es vital para Malta. Dada la elevada densidad de población del país, disfrutar del mar durante los meses de verano también forma parte de nuestra vida diaria, por lo que unas playas limpias y unas aguas de baño de calidad elevada son importantes no solo para el turismo,  sino también, para la población local.

Manuel Sapiano

Responsable de la política de aguas

Agencia de Energía y Agua, Malta



 

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