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Acerca de la energía

Página Última modificación 10/08/2018
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La energía proporciona confort personal y movilidad a las personas, y es esencial para la generación de riqueza industrial, comercial y social. Por otra parte, la producción y el consumo de energía ejercen notables presiones sobre el medio ambiente (se incluyen aquí la producción de calor y electricidad, el refino de petróleo y su uso final en los hogares, los servicios, la industria y el transporte). Tales presiones incluyen la emisión de gases de efecto invernadero y contaminantes del aire, el uso del suelo, la generación de residuos y las mareas negras. Son factores que contribuyen al cambio climático, dañan los ecosistemas naturales y el entorno artificial, y producen efectos adversos sobre la salud humana.

 

La combustión de carburantes fósiles derivada de la actividad humana es en gran medida responsable del aumento de las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, con la consiguiente subida de la temperatura mundial y el cambio del clima. La creciente demanda de energía da lugar a la acumulación de CO2, el gas de efecto invernadero más importante, y ello se debe al modo en que se produce la energía. La mayoría de los países dependen de los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) para satisfacer sus demandas energéticas. Es necesario quemar estos combustibles para que el proceso libere calor que se convierta en energía. El carbono del carburante reacciona con el oxígeno y produce CO2, que se libera a la atmósfera. Se liberan también contaminantes atmosféricos (dióxido de azufre, óxido de nitrógeno y partículas), con los consiguientes efectos en la calidad del aire. Sin embargo, debido a ciertas medidas técnicas y mejoras en las centrales de producción de electricidad y calor, las emisiones de contaminantes atmosféricos ha ido en descenso en las últimas décadas.

La economía continúa creciendo, como lo hace el consumo de energía. Los carburantes fósiles dominan aún la mezcla de combustibles: en torno al 79 % de las necesidades energéticas del europeo medio se satisfacen con carbón, gas y petróleo. Cerca del 13 % procede de la energía nuclear, y el 8 % restante, de fuentes de energía renovables, en rápido ascenso, en especial la eólica y la solar.

El ciudadano medio europeo utiliza el equivalente a 3,7 toneladas de petróleo al año en electricidad, calefacción y transporte. Esto representa 7,8 toneladas de emisiones de CO2 derivadas de la energía. La situación varía mucho de un país a otro, y en parte depende de la implantación de fuentes de energía renovables. De los sectores que utilizan energía, el transporte ha sido el sector de crecimiento más rápido desde 1990, y en la actualidad es el que más energíaconsume.

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