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El Medio Ambiente en Europa: Segunda evaluación

12. Medio ambiente urbano

Página Última modificación 19/04/2016
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12 Medio ambiente urbano

 

Resultados principales

La urbanización continúa a pesar de que ya viven en ciudades cerca de tres cuartas partes de la población de Europa occidental y de los NEI, y algo menos de dos tercios de la población de Europa central y oriental.

El rápido aumento del transporte privado y el consumo intensivo de recursos son las principales amenazas para el medio ambiente urbano y, en consecuencia, para la salud humana y el bienestar. En muchas ciudades, los coches constituyen hoy el 80 por ciento del transporte mecanizado. Las previsiones relativas al crecimiento del transporte en Europa occidental indican que, en un escenario de ?situación sin cambios?, la demanda del transporte de pasajeros y mercancías por carretera podría llegar a doblarse entre 1990 y 2010, con un aumento de la cantidad de automóviles de entre el 25 y el 30 por ciento, y un incremento del 25 por ciento en el número de kilómetros por vehículo. Se espera que, durante la próxima década, se acelere el crecimiento actual de la movilidad urbana y de la propiedad de automóviles en las ciudades de Europa central y oriental, con los correspondientes aumentos del consumo de energía y de las emisiones relacionadas con el transporte.

En términos globales, la calidad del aire ambiente de la mayoría de las ciudades europeas ha mejorado. Las concentraciones anuales de plomo han descendido de forma notable en este decenio gracias a la reducción del contenido de plomo de las gasolinas, y parece haber indicios de que las concentraciones de otros contaminantes también van en descenso. Sin embargo, en algunas ciudades de Europa central y oriental se han registrado ligeros incrementos de las concentraciones de plomo durante los últimos cinco años debido al aumento del tráfico. Es de esperar que la progresiva eliminación prevista de las gasolinas con plomo alivie este problema.

El ozono sigue siendo un problema grave en algunas ciudades, y las concentraciones más elevadas se registran durante todo el verano. En una mayoría de ciudades, los datos reflejan que se superan los valores fijados por las directrices de la OMS en relación con el dióxido de azufre, el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno y la materia particulada (MP). Se dispone de pocos datos relativos al benceno, pero parece ser común que también respecto a esta sustancia se superen todos los años las directrices de la OMS sobre calidad del aire.

La extrapolación de los resultados recibidos a las 115 grandes ciudades de Europa indica que 25 millones de personas están expuestas a niebla tóxica invernal (episodios en que se superan las directrices de la OMS relativas al SO2 y la MP). El número de personas expuestas a niebla tóxica estival (relacionada con el ozono) es de 37 millones, y cerca de 40 millones experimentan todos los años, como mínimo, un episodio en el que se superan las directrices de la Organización Mundial de la Salud.

En Europa occidental, las fuentes dominantes de contaminación atmosférica -que anteriormente eran los procesos industriales y la quema de combustibles con alto contenido de sulfuro- son hoy los vehículos de motor y la quema de combustibles gaseosos. Dado que se espera un aumento notable del transporte, es previsible también que se incrementen las emisiones relacionadas con este sector, lo que intensificará la contaminación atmosférica de las ciudades. En Europa central y oriental y en los NEI, se están produciendo cambios similares aunque a un ritmo más lento.

En Europa, cerca de 450 millones de personas (el 65% de la población) están expuestas a elevados niveles de contaminación acústica (por encima de niveles de presión acústica equivalentes (Leq) de 55 dB (A) en 24 h). Aproximadamente 9,7 millones de personas están expuestas a niveles inaceptables de contaminación acústica (Leq superiores a 75 dB (A) en 24 h).

El consumo de agua ha aumentado en una serie de ciudades europeas: cerca de un 60 por ciento de las grandes urbes de Europa sobreexplotan sus recursos hídricos subterráneos y la cantidad de agua disponible. Asimismo, es posible que la calidad del agua limite cada vez más el desarrollo urbano en algunos países en los que hay escasez, principalmente del sur de Europa. Sin embargo, en varias ciudades del norte ha descendido el consumo de agua. En general, podría hacerse un uso más efectivo de este recurso, ya que sólo un pequeño porcentaje del agua de consumo doméstico se emplea para beber y cocinar, y son grandes (desde el 5% hasta más del 25%) las cantidades que se pierden en las fugas de los sistemas de distribución.

Los problemas urbanos no se limitan únicamente a las ciudades, pues se requieren grandes extensiones de terreno para suministrar a las poblaciones de las urbes todos los recursos que necesitan y para absorber las emisiones y los residuos que producen.

A pesar de los esfuerzos realizados por instaurar la gestión medioambiental de las ciudades europeas, muchos problemas siguen sin resolver. En los últimos cinco años, un número cada vez mayor de las administraciones municipales han empezado a explorar nuevas formas de alcanzar el desarrollo sostenible en consonancia con las políticas de la Agenda local 21, entre las que se incluyen medidas para reducir el uso de agua, energía y materiales, una mejor planificación de la explotación del suelo y del transporte, y el uso de instrumentos económicos. Más de 290 ciudades se han unido ya a la Campaña ?Ciudades y Poblaciones Sostenibles de Europa?.

Los datos sobre muchos aspectos del medio ambiente urbano -por ejemplo, sobre el consumo de agua, la generación municipal de residuos, el tratamiento de las aguas residuales o la contaminación acústica y atmosférica- son todavía incompletos e inadecuados para realizar una evaluación global de los cambios del estado medioambiental de las ciudades europeas.

12.1. Introducción

Más de dos tercios de la población de Europa viven en zonas urbanas, y la influencia de las ciudades sobrepasa sus límites geográficos con impactos a escala regional y mundial mediante la demanda de recursos naturales, la generación de residuos y las emisiones al suelo, al agua y al aire. La ?huella ecológica? de una ciudad puede ser más de cien veces superior al área que ocupa (Recuadro 12.1).

El concepto de ecosistema urbano que se propuso en la evaluación Dobris (AEMA, 1995) sirve de marco para evaluar el medio ambiente urbano europeo (véase la figura 12.1). En este capítulo se analizan la calidad del medio ambiente urbano, los flujos de recursos en que se sustentan las actividades de las ciudades, y las pautas del desarrollo urbano que influyen en la calidad medioambiental y en los flujos de recursos. Asimismo, se revisan algunas de las medidas emprendidas a escala local, nacional y regional, y las estrategias dirigidas a alcanzar pautas urbanas sostenibles.

Figura 12.1. Marco para la evaluación del medio ambiente urbano

El conocimiento sobre el estado del medio urbano de Europa es limitado. Sólo se dispone de información comparable entre los distintos países en los aspectos para los que se ha establecido una red de control y seguimiento a escala europea, por ejemplo, la calidad del aire. En muchas ciudades, cada vez se cuenta con más datos sobre otros indicadores de la calidad medioambiental, los flujos de recursos y las pautas del desarrollo urbano, pero es difícil compararlos. Si bien muchas ciudades europeas dedican una gran cantidad de esfuerzo y de recursos a la recopilación de datos, es innegable que todavía no se ha establecido un marco paneuropeo para medir e interpretar las tendencias comunes del medio ambiente de las ciudades.

Muchos de los problemas urbanos mantienen una estrecha vinculación con las cuestiones que se abordan en otros capítulos, en particular con la niebla tóxica fotoquímica (capítulo 5) y con los residuos (capítulo 7), aunque también con el cambio climático (capítulo 2), la acidificación (capítulo 4), las aguas continentales y de litoral (capítulos 9 y 10) y los lugares contaminados (capítulo 11).

Se distribuyó un cuestionario entre una selección de ciudades europeas en la que se incluían todas las ciudades o poblaciones con más de 500.000 habitantes, en las que viven aproximadamente 165 millones de personas, cerca del 24 por ciento de la población de Europa. El objetivo de este cuestionario era recabar datos concretos sobre las áreas urbanas, y el presente capítulo se basa principalmente en las respuestas recibidas.

Recuadro 12.1. Huellas ecológicas

La huella ecológica de una ciudad es el área productiva que se requiere para mantener a su población (Rees, 1992). Incluye todos los recursos renovables y no renovables necesarios para suministrar alimentos, energía, agua y materiales, y para absorber las emisiones y los residuos del núcleo urbano. En todas las épocas las ciudades han dependido de de los recursos provinientes deotras regiones. Hoy en día, el tamaño de la huella ecológica de una ciudad es enorme. Aunque es difícil y complejo medir las huellas ecológicas, se han hecho cálculos al respecto en las ciudades bálticas y en Londres.

 

En las 29 ciudades bálticas, ubicadas en 14 países distintos, viven 22 millones de personas. La extensión de terreno que se requiere para cubrir las necesidades de estas poblaciones es 200 veces mayor que el área total que ocupan estas ciudades (Folke y col., 1996).

 

Londres requiere una superficie 125 veces superior al área que ocupa, sólo para cubrir sus necesidades de alimentos y productos forestales y para asimilar sus emisiones de dióxido de carbono. La huella ecológica total de Londres, definida en estos términos, equivale al 94 por ciento de la superficie productiva de Gran Bretaña o, dicho de otro modo, al 81,5 por ciento de la superficie total de Gran Bretaña (IIED, 1995).

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